Para el uso adecuado de las piscinas, así como para alargar al máximo los elementos constructivos que la conforman, conviene revisar y atender una serie de parámetros. Desde Bioresina, consideramos que es fundamental realizar los siguientes mantenimientos:
MANTENIMIENTO DIARIO
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Analiza el pH del agua y añade el producto necesario para que se mantenga entre 7,2 y 7,6.
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Analiza el nivel de cloro (cloro residual libre) ajústalo para que el nivel esté entre 1,2-1,5 ppm. A este respecto, se recomienda NO usar el cloro granulado NI lanzar las pastillas directamente al fondo de la piscina. Es preferible depositarlas en la cesta del skimmer. Es importante destacar que debido a la acción fungicida del Chukum, el uso de estos compuestos se ve reducido sustancialmente.
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Limpia la superficie del agua de hojas, insectos y otros residuos.
MANTENIMIENTO SEMANAL
- Limpia los skimmers.
- Limpia paredes y fondos.
- Limpia la línea de flotación de manera suave con un jabón neutro.
- Haz un contralavado y limpia el prefiltro de la depuradora.
- Repón las pastillas de cloro y demás mantenimientos.
PARA SABER MÁS SOBRE EL MANTENIENTO DE PISCINAS…
A continuación os presentamos una serie de parámetros que conviene tener controlados para garantizar el buen uso de la piscina así como para alargar la vida de la misma.
Regulación de PH
La regulación del pH es un factor esencial en la piscina. El pH es una medida del grado de acidez, en una escala que va del 0 al 14. Los valores por debajo del 7 indican acidez y los que van por encima del 8 alcalinidad o basicidad. Para que la piscina tenga el pH correcto se debe mantener entre 7 y 7,6.
Para evaluar el índice de pH utilizamos un equipo de análisis de agua o, de una manera más elemental, un papel indicador de pH. Si el resultado que nos da no es correcto, debemos utilizar un minorador o un incrementador de pH, siguiendo las instrucciones que marque el producto del fabricante.
Cloración
La cloración consiste en añadir al agua un compuesto químico que contenga cloro en su formulación. El Cloro actúa como oxidante de los elementos orgánicos de la piscina. Hay distintas formulaciones que contienen este cloro para piscinas:
– Hipoclorito sódico.
– Hipoclorito cálcico: menos agresivo para la piel e igualmente eficaz.
– Tricloro: (Ácido tricloroisocianúrico) soporta mejor la luz solar y no altera el pH.
El cloro se puede suministrar en tratamientos de choque, que liberan una gran cantidad de cloro, normalmente al inicio de la temporada, y tratamientos de acción continuada, que realizan una liberación progresiva de cloro en formato pastillas o granulado siguiendo las instrucciones que indique el fabricante. El cloro se pone en el skimmer y en el caso de piscinas desmontables, en una boya flotante, para que no entre en contacto con el plástico.
Durante el proceso de cloración, el nivel del pH tiene que estar entre el 7 y el 7,8. Fuera de estos valores, la cloración pierde eficacia y puede ser agresiva para la piel y las mucosas.
Existen tratamientos químicos alternativos al cloro que, aunque son más caros, no necesitan tanto control de dosificación y no producen irritación ni olores. Tal es el uso de Depuraciones salinas o a través de Ozono o radiaciones electromagnéticas ultravioletas.
Antialgas
La presencia de algas muestra una debilidad del sistema de desinfección. Lo detectamos inicialmente por el tono del agua (lo más frecuente es que se vuelva un poco verdosa). Además de una buena limpieza física que elimine las algas de las superficies de fondo y paredes, será necesario un tratamiento de choque con un producto antialgas y un lavado del filtro.
Una vez que las algas han aparecido en una piscina será necesario mantener de forma continuada un alguicida para evitar su proliferación. Existen para ello tratamientos de cloro que ya los llevan combinados. En este apartado es importante destacar que, debido a la acción fungicida del Chukum, el uso de estos compuestos se ve reducido sustancialmente.
Floculantes
Cuando el agua se vuelve turbia, de un tono blanquecino, estamos ante un problema de exceso de materia en suspensión o, en piscinas de agua muy dura, de un alto contenido en cal. Una vez que hayamos descartado un problema de filtrado o un exceso de cal, el mantenimiento del agua consiste en aportar floculante. Éste actúa como un espesador de las materias en suspensión, provocando su hundimiento para que sea absorbido por la boquilla de fondo o cuando se haga limpieza de paredes y fondos.
Antical
Llamamos aguas duras a aquellas que tienen una concentración alta de partículas disueltas en suspensión (más de 1.000 ppm -partes por millón-). Se miden con un analizador específico para esta función. Las aguas duras dificultan los procesos de desinfección y regulación del pH y afectan al buen funcionamiento de los equipos de depuración. Para combatirlas utilizamos productos antical.
Fungicidas
El entorno de la piscina está sometido a humedad y calor, por lo que no es extraño que aparezcan hongos sobre determinadas superficies. La utilización de calzado es siempre importante, pero no está de más la utilización de un fungicida que evite la proliferación de estos organismos indeseados que pueden ser también invasivos en nuestra piel
Productos de invernaje y limpieza
Los productos de invernaje se añaden al agua de la piscina durante el invierno y alargan su vida, evitando que tengas que cambiarla o reponerla. El momento idóneo para realizar una limpieza de las superficies que quedan descubiertas es al vaciar la piscina o cuando está baja de nivel. Para ello te recomendamos utilizar un desincrustante y un abrillantador, para los elementos metálicos. La limpieza de la línea de flotación se puede realizar con ayuda de un jabón neutro y cepillo de cerdas gruesas de plástico o naturales.